miércoles, 27 de agosto de 2008

La Paciente del Hospital enfermo - 2da parte

CONTINUACIÓN



Un día en el que intentaba desbloquear la puerta -la cual nunca supe la causa de su cierre total- sentí ese malestar en el aire del hospital monstruoso. Al girarme a ver, me di cuenta de que estaba comenzando de nuevo, y unas extrañas criaturas se acercaban hacía mi. Al verlas, casi desmayé al darme cuenta que eran mis compañeros de hospital, pero sus miradas enrojecida y asesina, sus cuerpos manchados en sangre y sus instrumentos oxidados en sus manos acercándose a mi, me provocaron el mayor temor y desprecio que jamás haya sentido por cualquier criatura. Esos seres eran aquellos con los que había compartido mis años de cuidados, pero ahora eran unas monstruosidades. Corrí inconcientemente a la habitación donde cuidaba a Alessa. Ahí me sentía segura, con el sólo recuerdo de la pequeña. Cuando cerré la puerta, todo ya había cambiado; el óxido, la sangre seca, las paredes rotas, todo había vuelto a ser la pesadilla en la que no quería soñar despierta. Sentía nauseas, y unas insoportables ganas de vomitar, a pesar de no tener nada en el estómago, solo vomitaba bilis. De los grifos del baño empezaba a salir sangre y pus. Intentaba cerrarlos, pero era imposible. Mi mente iba a explotar con tales tormentosas imágenes.

Cuando ya sentía calma fuera de la habitación, me dirigí al sótano, donde se almacenaban los instrumentos de emergencia. Al entrar, por mi mente pasaron imágenes en las cuales Alessa era atrapada por la mujer que la trajo al hospital cuando la conocí. Sentí una vulnerabilidad enorme en todo mi cuerpo al pensar en Alessa, cuando por la puerta, entró el hombre que se aparecía en el hospital.
Verlo fue un alivio para mi, pero ya lo había entendido todo, Ya había comprendido porqué yo era la única persona que no era una criatura extraña al igual que mis compañeros; si lo era, solo que nunca me di cuenta antes. No quería ser como ellos. Eran aterradores, sin vida, eran solamente marionetas malditas. En mi desesperación, me acerqué al hombre que había entrado, creyendo que el me protegería, pero me equivoqué. Al verme me empujó hacia la pared de la habitación. Ya no tenía a quién recurrir, estaba sola. Con ese último rechazo, todas mis esperanzas de vivir se rompían. Quise acercarme al hombre, pero al ponerme de pie, un hilo de sangre nació desde mi frente. No le di importancia y seguí hacia el, quién me miraba con temor, algo que no entendí. El hilo de sangre ya no era uno, ni dos, ni tres. Sin darme cuenta, había comenzado a sangrar por todo mi cuerpo. Mi saliva, mis lágrimas, todo era solo líquido rojo y frío. Al verme en un espejo roto de la habitación, mi alma se partió en dos al reflejar mi horrible figura. Mi cabello, mi piel, mi ropa, todo manchado. Parecía un cadáver en movimiento. Esto ya me volvió loca, y lo único que quería hacer era llegar donde ese hombre, el cual, al verme sangrar, salió por la puerta y la trancó. Me dejó encerrada como el sombrío animal en el que me había convertido. Caí de rodillas y rompí a llorar, con la mente perturbada, sola, desesperaba, sabiendo que esa era mi muerte esperada. Mi último recuerdo fue sacar mi diario de mi bolsillo, en el cual había llevado registro desde que Alessa llegó, hasta ahora. Lo lancé a una esquina y caí al suelo, sin importancia alguna. Antes de que mis ojos se cerraran, pude ver la figura de la pequeña Alessa frente a mí, con un rostro triste, pidiéndome perdón.





-FIN-

2 comentarios:

Gral DaN dijo...

un gran escrito,,, sin palabras,,, muy bueno

symphony of feelings dijo...

gran historia gato neko
no puedo decir mas ni menos
cuidate wn
ahi nos juntamos y te gano de nuevo en ping-pong
(con eso ya sabes quien soy)
adios amiguin(=